Existen una serie de prácticas que aunque no aseguren que no se vaya a desarrollar la enfermedad sí que reducen notablemente las posibilidades de padecerla o permiten detectarla en estadios iniciales:
- Dejar de fumar.
- Medidas legislativas a fin de crear un marco de control, prevención, diagnóstico y tratamiento para aquellos que por motivos laborales se vean expuestos a determinadas sustancias que incrementan el riesgo de padecerlo.
- Programas de detección temprana en grupos de alto riesgo.
- Campañas de sensibilización.
- Campañas de financiación.
- Mejorar la accesibilidad así mismo como los recursos disponibles para el tratamiento.
- Contribuir a la profesionalización de los expertos.
- Equipos multidisciplinares para el tratamiento del cáncer de vejiga que involucre a urólogos, oncólogos, fisioterapeutas y expertos en cuidados paliativos.
Inversión en big data.